Gracias a misiones como la del Telescopio Espacial Kepler, un poco más de 5.000 exoplanetas se han descubiertos hasta ahora, abril de 2022, presentándonos un panorama de planetas que superan nuestras más fértiles imaginaciones.
El Kepler, lanzado en 2009 y en servicio hasta 2018, tuvo como meta la de descubrir planetas orbitando estrellas en nuestro vecindario galáctico. Se hizo énfasis en planetas orbitando en o cerca de la zona habitable de dichas estrellas.
Exóticos mundos, divididos en varias categorías como «Júpiter Ardientes», «Mini Neptunos» o «Super Tierras», saltan a nuestra consciencia mostrándonos la enorme variedad del cosmos.
Pero pocos son los tipos de planetas que despiertan un mayor interés que los catalogados como «habitables».
Exoplanetas habitables
Si oyes hablar de «planeta habitable», probablemente piensas en algo como la Tierra, un lugar donde los humanos podrían salir de su nave incluso sin traje espacial. Un planeta con agua, una atmósfera respirable, gravedad como la terrestre y temperatura ni demasiada caliente ni demasiada fría.
Pero cuando los astrónomos hablan de «mundos habitables», en realidad piensan en otros parámetros.
¿Está a una distancia de su estrella donde es posible la existencia de agua líquida? Si está en la zona habitable circunestelar, que es la zona alrededor de la estrella que está a una distancia tal de ella que permita la existencia de agua líquida en la superficie, a una presión atmosférica dada.
¿Es un planeta de superficie mayormente rocosa donde existe una atmósfera con la correcta mezcla de gases y presión?
Esos son realmente las dos cuestiones que importan a los astrónomos.
Pero el sólo hecho de que un planeta rocoso tipo Tierra esté en la zona habitable de su estrella no lo hace automáticamente habitable. Y es posible, a su vez, que un planeta o satélite fuera de la zona habitable pueda albergar vida.
Aquí presentamos los que, a la fecha, son cosiderados los planetas más promisorios para albergar vida, según sus parámetros estudiados por los astrónomos.
KOI-4878.01
Además de sus descubrimientos de exoplanetas confirmados, Kepler también identificó 2.420 candidatos a exoplanetas durante su misión y que aún requieren observaciones de seguimiento para confirmar su naturaleza planetaria.
Entre estos hay algunos planetas más similares a la Tierra que orbitan estrellas similares al Sol. Uno de estos candidatos que parece llamar poderosamente la atención es KOI-4878.01.
Las características estimadas del planeta son my similares a las de la Tierra. Completaría una órbita alrededor de su estrella anfitriona cada 449 días terrestres. Además KOI-4878.01 está en la zona habitable de la estrella KOI-4878.

KOI-4878 es una estrella tipo F de magnitud 12,4 en la constelación Draco. Se estima que KOI-4878 tiene una temperatura de 5.760ºC, solo un poco más caliente que el Sol. Su radio se estima en un 7% mayor que el del Sol, una masa de 97% y una luminosida un 35% mayor. Prácticamente una gemela de nuestra estrella. Se encuentra a una distancia de unos 1.200 años luz de nosotros.
El propio planeta que nos ocupa, KOI 4878.01, también parece ser en sus parámetros muy similar a la Tierra.
Estaría a 1,14 unidades astronómicas (UA) de distancia de su estrella (la Tierra está a 1 UA del Sol). Combinando este valor con la luminosidad estimada de KOI-4878 y el flujo estelar efectivo, este candidato a planeta tendría una temperatura de equilibrio de -16,5 °C (la Tierra =-18 °C).
Si la atmósfera es similar a la de la Tierra, tendría una temperatura superficial promedio de 17,85 ° C. El tamaño estimado de KOI-4878 sería un 5% mayor al de la Tierra.
Pero, ¿son estas propiedades consistentes con que KOI-4878.01 sea potencialmente habitable? Con base en las observaciones de exoplanetas de tamaño similar, las probabilidades favorecen que este mundo sea un planeta rocoso como la Tierra en lugar de un mini-Neptuno rico en volátiles sin perspectivas de ser habitable.
De confirmarse KOI-4878.01 como planeta, sería el más parecido al nuestro de cuantos se han descubierto a la fecha.
Kepler-186f
Kepler 186-f orbita alrededor de una pequeña y fría estrella enana tipo M, Kepler-186. La superficie recibe principalmente luz infrarroja, por lo que si hubiera vida, se habría adaptado para usar esa energía, lo que resultaría en la absorción de una longitud de onda diferente de la luz, lo que podría cambiar los colores comunes que usan las plantas o los animales. En un posible proceso fotosintético intervendría un pigmento rojo, por ejemplo.

Pero en contra de la habitabilidad de Kepler-186f está el hecho de que los planetas que orbitan estrellas rojas y pequeñas como ésta tienen que estar más cerca de su anfitrión y podrían experimentar eventos de estilo fulguraciones, potencialmente letales a la vida y que pueden destruir sus atmósferas.
Por otra parte, cuando un planeta orbita muy cerca de su estrella, es muy posible que queden sincronizadas su rotación y traslación, de la misma manera que lo está nuestra Luna con respecto a la Tierra, mostrandonos siempre el mismo hemisferio.
Entonces, Kepler-186f mostraría una cara a su estrella todo el tiempo, dejando un lado del planeta abrasado y el otro congelado. Pero algunos estudios muestran que si tuviera una atmósfera al menos tan densa como la de la Tierra o más, los vientos de alta velocidad (quizá de cientos de kilómetros por hora) podrían transportar el calor de un lado al lado más frío, lo que haría que fuera un lugar más fácil para que existiera la vida.

Pero algunos estudios muestran que Kepler-186f se encuentra en una órbita más alta, más lejana de su estrella, donde los «efectos de las mareas» de la estrella son mucho más débiles, por lo que es posible que su rotación y traslación no estén sincronizadas.
Un modelo climático simple, en el que el inventario de volátiles del planeta se limita a nitrógeno, dióxido de carbono y agua, y las nubes no se tienen en cuenta, sugiere que la temperatura de la superficie del planeta estaría por encima de 0 °C si cierto umbral de CO 2 está presente en su atmósfera.
Para junio de 2018, algunos estudios sugieren que Kepler-186f puede tener estaciones y un clima similar a los de la Tierra.

Kepler-442b
Kepler-442b es otro prometedor candidaro. El sol de este sistema, Kepler 442, es una estrella enana K relativamente joven a unos 1.100 años luz de distancia y con el 61% de la masa del Sol y el 12% de su luminosidad.
Con un radio 30% mayor que la Tierra, lo que lo convierte en un exoplaneta tipo «Super Tierra», Kepler-442b tiene un estimado de 60,7% de probabilidad de ser un planeta rocoso y parece estar en el centro de la zona habitable de su estrella.
Completa una órbita de su estrella cada 112 días. Un estudio, publicado en 2021, encontró que este exoplaneta puede recibir suficiente luz de su estrella para sostener una gran biosfera, pudiendo realizar la fotosíntesis.

Es uno de los planetas más parecidos a la Tierra encontrados hasta ahora en tamaño y temperatura. Está justo fuera de la zona en la que las fuerzas de marea de su estrella anfitriona serían suficientes para sincronizar su rotación y traslación, por lo que todo el planeta presentaría días y noches.
Según un índice desarrollado en 2015, Kepler-442b es incluso más habitable que la Tierra. Según este índice, la Tierra tiene una calificación de 0,829, pero Kepler-442b tiene una calificación de 0,836. Aunque esto es incierto porque la atmósfera y la superficie de Kepler-442b son desconocidas, pero esto sería posible.
Kepler-62f
La «Supertierra» Kepler-62f fue descubierta en 2013. Su estrella anfitriona es unos tres mil millones de años más antigua que nuestro Sol y el planeta tarda 267 días en completar una órbita. Kepler-62f presenta una serie de características que lo hacen altamente parecido a la Tierra.

Kepler-62f orbita alrededor de una estrella enana tipo K, llamada Kepler-62, que en promedio es mucho más masiva que las enanas tipo M. Dado que las estrellas de tipo K son más frías, la zona habitable está mucho más cerca. Las enanas tipo k presentan poca actividad, por lo que no hay mucho peligro de fulguraciones como es el caso de las enanas rojas. Las enanas tipo K también tienen una vida extremadamente larga, viviendo alrededor de 30 mil millones de años.
Kepler-62f es un planeta que es un 40% más grande que la Tierra, y muy probablemente rocoso, y obtiene alrededor del 40% de la cantidad de energía que obtenemos nosotros de nuestra estrella. Algunos estudios sugieren que Kepler-62f puede estar cubierto de agua, pero debido a que es el planeta más alejado de su sistema, se necesitaría una atmósfera bastante densa de CO2 para evitar que el agua se congele.

Como Kepler-62f está en una orbita alejada, (su órbita está a una distancia comparable de su estrella como Venus está a nuestro Sol) muy probablemente no estén sus movimientos de rotación y traslación bloqueados con respecto a su estrella, pero se necesitaría una atmosfera densa para proveer agua liquida. Y es posible que su rotación sea silmilar en duracion a la de la Tierra.
Sistema TRAPPIST-1
Una familia de tres planetas que orbitaban alrededor de TRAPPIST-1 se descubrió inicialmente en 2015. Sin embargo, al estudiar la estrella más de cerca, se descubrió que la estrella en realidad tenía siete planetas diferentes. Los siete planetas, TRAPPIST-1 b, c, d, e, f y g orbitan alrededor de una estrella enana M ultra fría.
La estrella TRAPPIST-1 tiene aproximadamente el tamaño de Júpiter, lo que la hace relativamente pequeña para albergar siete planetas.
Hay tres planetas que están en la zona habitable, aquí puedes ver un artículo dedicado de este excitante sistema planetario, situado a 40 años-luz de la Tierra.
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