Los esfuerzos que se llevan a cabo desde hace décadas para la búsqueda de civilizaciones extraterrestres no han dado resultados.
Fuera de la irrepetida y controversial Señal Wow!, la ausencia de resultados ha sido bastante desalentadora.
Cada vez más investigadores estiman que la ausencia de resultados se debe a dos posibles causas:
- Iniciativas como SETI se concentran en la búsqueda pasiva de emisiones de radio, que pueden tener muchos orígenes naturales.
- Casi exclusiva concentración en la búsqueda de biofirmas, en vez de tecnofirmas.
Biofirmas y tecnofirmas
Las biofirmas o biomarcadores son productos o procesos fisico-químicos que puedan estar asociados con la vida. Por ejemplo, en 2021 hubo una controversia aún no resuelta con respecto al descubrimiento de un agente desconocido en las capas altas de la atmósfera de Venus que absorbía más del 50% de la radiación UV.
No se conoce ningún compuesto o proceso no relacionado con la vida que tenga tal eficiencia en la absorción UV. En la Tierra, se observa un fenómeno similar, y es causado por la fotosíntesis de plantas y microorganismos. El descubrimiento de esta posible biofirma ha presentado la posibilidad de que haya vida microbiana ne las capas altas de la atmósfera de Venus.
Por otra parte, una tecnofirma o tecnomarcador es cualquier propiedad o efecto medible que proporcione evidencia científica de tecnología. Un ejemplo sería una emisión inusualmente alta no explicable en términos naturales, de calor en forma de radiación infraroja.

El razonamiento detrás del cambio de la búsqueda de biofirmas a tecnofirmas se basa en que para encontrar biofirmas es necesario estar muy cerca del objeto examinado. Difícilmente, con nuestra actual tecnología, habríamos descubierto algo semejante a la posible biofirma de Venus en un exoplaneta a cientos de años luz. Aunque el Telescopio James Webb promete cambiar eso.
Las tecnofirmas pueden ser detectables con nuestra actual tecnología a miles o decenas de miles de años luz.
La Escala Kardashev
En 1964, el astrónomo ruso Nikolai Kardashev presentó una escala que medía el avance de una civilizadción según la cantidad de energía que era capaz de consumir y controlar.
Kardashev razonó que mientras más avanzada la civilización, mayores serían sus demandas energéticas y, como consecuencia, mayores sus productos tecnológicos para adquirirla.
Kardashev postuló tres niveles para civilizaciones avanzadas:

- Civilizaciones Tipo 1 (K1): aquellas capaces de acceder y almacenar la energía disponible en su planeta de origen.
- Civilizaciones Tipo 2 (K2): aquellas capaces de acceder y almacenar la energía disponible de la estrella que orbita su planeta de origen, así como todo su sistema planetario.
- Civilizaciones Tipo 3 (K3): aquellas capaces de acceder y almacenar la energía disponible en toda su galaxia.
Tal manipulación de la energía a semejantes escalas sería llevada a cabo a través de megaestructuras de ingeniería a nivel planetario o estelar.
Megaestructuras construídas por civilizaciones K2 y K3 deberían ser detectables por nosotros. Tales obras emitirían una fuerte cantidad de calor, como radiación infraroja en el espectro medio.
Civilizaciones K2 y K3
Se teoriza que para una Civilizacion K2 o K3, la emisión en el espectro infrarojo medio tendría que ser excesiva, debido a sus proyectos de ingenieria estelar, como Esferas de Dyson.

En 2021, el H. Chen y su equipo estudiaron 21 galaxias, las cuales tenían fuertes emisiones en el infrarojo en el espectro medio. De ellas, cuatro presentaban una emisión extraordinaria. A dos de ellas se les pudo identificar la fuente: un nucleo galáctico activo y una galaxia con amplia formación de estrellas.
Pero hubo dos cuya fuente no pudo identificarse y, como hipótesis de trabajo, se consideran posibles anfitriones de una Civilización K3, pero aún no está claro si se debe a una tasa de formación de estrellas inusualmente alta o a un centro galáctico excepcionalmente brillante.
“La emisión del infrarrojo medio de una civilización de Tipo III sería excesiva debido al calor residual en el infrarrojo medio, lo que hace que se desvíe de la correlación”, dice Chen .
En su artículo, Chen y Garrett (el co-autor) señalan que las dos galaxias que responden a los carismáticos nombres de ILT J134649.72+542621.7 e ILT J145757.90+565323.8, “merecen una mayor investigación”.
Civilizaciones K1
Otra propuesta fue publicada por Zaza Osmanov en un artículo en el que datalla la búsqueda más cercana de Civilizaciones K1.
La idea es que una Civilización K1 tendrá, al menos, una constelación de satélites similar al proyecto Starlink de SpaceX. Tal obra de ingeniería, según el artículo, tendría una firma infraroja distintiva.

La búsqueda se llevaría a cabo a través del Very Large Telescope Interferometer (VLTI) del European Southern Observatory (ESO) en Chile, y que es capaz de encontrar esas emisiones infrarojas en planestas como la tierra hasta 280 años-luz de distancia.
Hay unos 100 soles como el nuestro en ese radio. Al concentrarnos en Civilizaciones K1, las cuales podrían estar más cerca, tenemos más oportunidad de recocerlas, según los proponentes del proyecto.
Búsqueda local
Pero los esfuerzos no se limitan a distancias de años luz. Abi Loeb, astrofísico de Harvard, cree que vestigios de civilizaciones avanzadas podrían estar en nuestro propio sistema solar.
Loeb, mundialmente famoso por su involucramiento en el descubrimieto del primer objero interestellar caído en la Tierra y la polémica de ‘Oumuamua, dice que es posible que ciertos objetos interestelares como ‘Oumuamua puedan ser en realidad sondas de civilizaciones extraterrestres antiguas con miles o millones de años vagando por el espacio.

Él piensa que tales objetos pueden ser mas comunes de lo que parece. Por lo que ha fundado el Proyecto Galileo cuya meta, según su web, sería:
- Examinar la posibilidad del origen extraterrestre para fenómenos aéreos no identificados (UAP), al hacer observaciones de objetos en y cerca de la atmósfera de la Tierra, filtrar objetos identificables usando algoritmos de aprendizaje profundo de IA entrenados en una clasificación rigurosa de objetos conocidos y luego examinar la naturaleza del datos restantes para características anómalas.
- Comprender los orígenes de los objetos interestelares (ISO) que exhiben características que difieren de los asteroides y cometas típicos, como ‘Oumuamua, a través de iniciativas de descubrimiento y caracterización que involucran estudios astronómicos y atmosféricos, así como observaciones basadas en el espacio.
Este cambio de paradigma en cuanto a la búsqueda de inteligencias extraterrestres es una de las razones por las cuales el Telescopio Espacial James Webb, que funcionará en el espectro del cercano al medio infrarojo, ha levantado tantas expectativas.
No sólo se debe buscar en planetas «habitables«. Civilizaciones lo suficientemente avanzadas se habrán extendido más allá de sus planetas de origen, viviendo en estructuras fruto de ingeniería planetaria o estelar. Por lo que la búsqueda debe incluir también el espacio «vacío».
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